lunes, 24 de marzo de 2014

Tomar en serio la confesión y no convertirla en una rutina supersticiosa.

Nuestro Señor Jesucristo nos dejo el sacramento de la confesión para reconciliarnos con Él, pero ¿nos confesamos bien?

Cuando pecamos siempre de la misma forma, cuando caemos siempre en lo mismo, al final puede parecer que confesarse siempre de lo mismo es pura rutina. 

¡No conviertan en superstición el sacramento de la confesión!

No hablo de rutina en el sentido de confesarse periódicamente, eso esta muy bien y cuando se comete algún pecado grave lo mejor es confesar lo antes posible. 
No hablo en ese sentido cuando me refiero a "rutina".

La rutina a la que me refiero evidencia un matiz supersticioso que se fija mas en la forma que en el fondo del sacramento de la confesión. 

Si caigo en pecado no pasa nada me confieso y ya esta, así que me estoy predisponiendo a pecar. 
Es como decir bueno como siempre me perdonan hago lo que me da la gana y luego con un "rito" me perdonan y podre seguir haciendo lo que me de la gana. 

Esto no va así, para ser perdonado tiene que haber arrepentimiento y el arrepentimiento se demuestra con la firme intención de no pecar otra vez en lo mismo, haciendo penitencia. 
Vamos, siendo sincero y con predisposición para cambiar aquello en lo que erramos. 

Si vas con la idea de que te perdonen y luego no tienes intención de cambiar... pues no sirve para nada. 

Es Cristo quien te perdona, no te quedes con la forma, recuerda el fondo.


A Dios no lo puedes engañar ni tomar-le el pelo. 

Otra cosa es la gente que va con intención de cambiar pero sigue cayendo igual y se desanima ¡Animo! Roma no se construyo en un día, Dios esta contigo. 

Hay cosas difíciles de superar, pero no desfallezcas si sientes que la confesión se empieza a convertir en una "rutina" aunque te veas dedil y caigas en tentación no pasa nada. 

Dios actúa y te perdona, ten Fe en Él, no dejes que ese pensamiento de "rito supersticioso" cale en ti. 
Hay verdadero poder en la confesión, solo prepara-la bien y después reza, reza mucho cuando la tentación venga, reza. 

Céntrate en Cristo y resiste. Dios te ayudara.

Si caes levántate, no obstante Dios preparo el sacramento de la confesión por algo... ¿No crees? Ya sabia que somos débiles y en esa debilidad nos enseña que sin Él no somos nada. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario